Interior de los pasillos subterráneos de acceso al
museo
El edificio tiene una planta
subterránea y cuatro sobre el nivel del suelo. Estas últimas son iguales entre
sí salvo la superior, que alberga oficinas y tiene una distribución diferente.
La entrada al Museo Judío está en una construcción con planta romboidal situada
dentro del edificio antiguo del Museo de Berlín. Consiste en una bajada que se
realiza por unas escaleras poco iluminadas y con los escalones oblicuos, de
manera que transitar por ellos es complicado. Esta bajada conduce al sótano del
edificio, el cual está compuesto por unas salas que no están abiertas al
público y por tres pasillos rectos que se cruzan formando ángulos no
perpendiculares, de manera que la orientación por ellos se complica.
El
suelo de estas travesías está inclinado, y en el techo hay ráfagas de luz
artificial que ayudan la orientación. Éste es de color negro para dar más
contraste a estas luces, las cuales son las únicas que hay. Uno de estos
pasillos conduce a la "Torre del Holocausto", otro al "Jardín
del Exilio" y el tercero a unas largas escaleras ascendentes que comunican
con las plantas del museo.
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